Queridos amigos,
¿Qué es una oración? Una oración es una conversación con Dios. Dicho de otro modo, es comunicación entre Dios y el ser humano que se abre a su Creador. En las lecturas de hoy se nos recuerda su propósito. Cuando oramos, debemos dar prioridad a Dios en vez de a nosotros mismos. ¿No nos dice Jesús que nuestro Padre sabe lo que necesitamos incluso antes de que se lo digamos y lo pidamos? Sí, lo hizo. ¿Y que?
Lo sorprendente en la lectura del evangelio de hoy es el hecho de que los discípulos le piden al Señor que les enseñe a orar. Su humildad que, diría, es fruto de la conciencia de su propio vacío espiritual, les lleva a pedir al Señor que les enseñe a orar. Siempre es difícil reconocer el propio vacío, especialmente con respecto a las formas en que nos relacionamos con Dios. Los discípulos podrían haber estado orgullosos de sí mismos y afirmar que lo saben todo porque fueron los colaboradores más cercanos de Jesús. Al contrario, cuanto más cerca estaban del Señor, más frágiles y menos articulados se sentían en su relación con el Padre. La verdad que nos transmiten es que nuestra relación con el Señor siempre debe alimentar en nosotros el hambre y la sed de una relación más profunda en nuestra conversación con Él.
¿Alguna vez ha pensado en esto? Tal vez sí, y te diste cuenta de cuán a veces sin sentido y vacías son tus palabras en tu oración. Cuando miras tu enfoque durante tu tiempo de oración, puedes preguntarte si estas o aquellas son las palabras correctas que deberías haber pronunciado. ¿Cuál es el enfoque de su oración? ¿Qué pides y qué le dices a tu Señor? Jesús dice, “no reciben lo que piden en las oraciones, porque no saben orar”. Así que, como discípulos, pidamos al Señor que nos enseñe a orar. Si bien nos da la estructura del verdadero prau en el "Padrenuestro", Jesús nos recuerda dos cosas importantes en nuestra vida de oración: la perseverancia y la confianza. Dios es nuestro Padre que siempre nos proveerá y nos dará lo que le pidamos con humildad y confianza.
Durante este tiempo de Avivamiento Eucarístico, una de las oraciones más importantes es la Adoración Eucarística. Venimos al Señor no solo para hablar con Él sino para escucharlo. En la Adoración Eucarística entramos en profunda relación de conversación interior con Cristo Eucarístico, presente frente a nosotros. Allí experimentamos el murmullo y susurro del Señor que escuchamos en voz alta en nuestros corazones y almas. Allí escuchamos al Señor decir y proclamar una vez más su amor por todos nosotros y por vosotros. Allí, Él te llama por tu nombre, hablándote del profundo amor que te tiene y asegurándote Su cuidado y apoyo infinitos. En la Adoración Eucarística, escuchamos una vez más al Señor diciéndonos que pongamos todo, nuestras cargas a Sus pies.
Hoy, cuando le pedimos al Señor que nos enseñe a orar, Su respuesta es: “Ven y pasa unos minutos conmigo. Tómate tu tiempo y mira mi rostro mientras yo te miro y derramo mi amor sobre ti”. Vosotros sois suyos, y siempre os dará más de lo que pidáis... Además de vuestras necesidades corporales, os da la abundancia del Espíritu Santo cuando le pidáis en oración con perseverancia y humildad.
Sigamos orando unos por otros y por nuestra familia parroquial.
P. Emery