Queridos amigos,
La historia de la mujer cananea que leemos en el evangelio de hoy juega como un recordatorio para nosotros en el contexto actual de nuestro mundo y país. La fe y la perseverancia de la mujer en la adversidad e incluso la reprimenda es lo que Jesús alaba. "¡Oh mujer, grande es tu fe!" Luego continúa: "Que se haga por ti como deseas".
Estas palabras del Señor siempre resonarán en nuestros propios oídos en tiempos de pruebas y desafíos. En nuestra vida diaria, hay ocasiones en las que nos enfrentamos a un silencio aterrador del Señor cuando clamamos a Él. Parece que no le preocupa nuestro destino y nos sentimos tentados a rendirnos. La historia de la mujer en el evangelio de hoy nos invita a proceder de otra manera. Estamos llamados a perseverar en la fe porque Dios, que sabe lo mejor para nosotros, siempre nos lo concederá en el momento oportuno.
¿Qué pasa entonces con nuestra situación actual? Este es un momento muy difícil para el mundo y nuestro país. Es una época que ha visto un aumento de la intolerancia y todo tipo de desafíos. A veces, como la mujer del evangelio de hoy, escuchamos cosas que nos hacen sentir incómodos de nuestros amigos, familiares e incluso de la iglesia. La tentación para nosotros será la de rendirnos y buscar un refugio seguro o lugares donde nos sintamos más cómodos. Sin embargo, el episodio de hoy nos muestra que la palabra de Dios siempre nos desafiará en nuestras zonas de comodidad. Nuestra perseverancia en la fe y las oraciones nos darán la fuerza para continuar siguiendo a Cristo y experimentar la bendición que Él comparte con aquellos que permanecen fieles a Él.Mientras seguimos clamando al Señor pidiendo ayuda, oremos también por más fe para resistir las olas del mundo de hoy y sostenernos unos a otros en el camino hacia el cumplimiento del plan de Dios para su pueblo. Y continuemos orando unos por otros y por nuestra familia parroquial.
El p. Emery