Queridos amigos,
La Fiesta de la Epifanía es la celebración de la visita de los Magos de la "tierra del amanecer", el reinado de Jesús y la salvación universal ofrecida a todos los que reciben al Hijo de Dios en sus corazones. Con la visita de los magos, Jesucristo es proclamado como el Rey del Universo. En otras palabras, la Epifanía constituye el primer reconocimiento y celebración del reinado de Jesús y su revelación a los naciones.
La Epifanía es también la celebración durante la cual bendecimos nuestros hogares. Darle la bienvenida a Jesús en nuestros hogares y dejar que Él los bendiga con su presencia nos da la confianza de que estamos entrando en el Año Nuevo con el Señor y Él será el anfitrión en nuestro hogar.
Hoy invito y animo a cada hogar a asumir la responsabilidad de bendecir y consagrar su hogar al Señor. Para la bendición, marcamos con tiza los dinteles de las puertas. Para 2020, las marcas son 20 + C + M + B + 20. Las letras de estas marcas tienen dos significados o referencias: primero representan las iniciales de los nombres de los magos, y están escritas entre los números del año, todos separados por cuatro cruces: los magos son conocidos como Caspar, Melchior y Balthazar. En segundo lugar, constituyen la abreviatura latina de "Christus Mansionem Benedicat", que es una oración que significa "Cristo bendiga a esta casa". Por favor, aproveche la oportunidad para bendecir o para que su casa sea bendecida. La tiza bendita y el agua bendita estarán disponibles después de las misas en las puertas de la Iglesia.
A continuación se muestra la oración para la bendición de la casa.
Después de la Oración del Señor y la señalización de los dinteles de las puertas, el líder dice esta oración de bendición:
Señor Dios del cielo y de la tierra,
Tú revelaste a tu Hijo unigénito a cada nación.
por la guía de una estrella.
Bendice esta casa
Y todos los que lo habitan.
Llénanos de la luz de Cristo,
que nuestra preocupación por los demás pueda reflejar tu amor.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
R /. Amén
El líder concluye el rito firmándose con el signo de la cruz y diciendo:
Que Cristo Jesús habite con nosotros,
guárdanos de todo daño,
y haznos uno en mente y corazón,
ahora y siempre. Amén
Y sigamos orando los unos por los otros y por nuestra familia parroquial para ver en cada uno de nosotros el rostro de Jesús viniendo a visitarnos.
– El Padre Emery