Holy Cross Catholic Church

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The Most Holy Body and Blood of Christ (Spanish) - June 14, 2020

Queridos amigos,

Hoy celebramos la solemnidad del Corpus Christi, el Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo. Esta celebración nos sumerge profundamente en el misterio del sacrificio que Cristo aceptó para nuestra salvación.

Al profesar abiertamente la verdadera presencia de Cristo aquí como el Sacramento de nuestra unión con Dios, esta solemnidad nos recuerda también el cumplimiento de la promesa que Jesús hizo a sus discípulos cuando dijo: “He aquí, yo estoy contigo siempre, hasta el final las edades."

La Eucaristía juega un papel fundamental en toda la vida de los seguidores de Cristo. Me gusta tomar un ejemplo de nuestra vida cotidiana. Todos fuimos a esta celebración hoy. Una cosa para recordar es que nuestros autos necesitan gasolina o electricidad para moverse. Sin estos elementos naturales, el automóvil no puede llevarnos a donde queremos ir o estar. Este ejemplo común puede expresar el lugar central y el papel que la Eucaristía tiene en la vida de todos nosotros. Como cristianos, nos movemos, vivimos y actuamos porque nos da la posibilidad de movimiento desde la Eucaristía. Nuestras almas son nuestros motores y la Eucaristía es nuestra gasolina espiritual. Necesitamos a Cristo para que pueda dar fruto, como Él mismo dijo, "sin mí no puedes hacer nada". La Eucaristía le da a nuestras almas el impulso de vivir y actuar como un hijo de Dios.

Sin embargo, sería simplemente simplista y reductor comparar la Eucaristía con la gasolina. Fuente y cumbre de la vida cristiana, la Eucaristía es fuente de nuestra vida, nuestro crecimiento y nuestras acciones. Podemos vivir como discípulos porque la Eucaristía nos enseña el Camino de Cristo. La Eucaristía nos enseña a amar como Cristo, que nos amó hasta la muerte. Aquí Jesús nos muestra el camino ya que Él mismo es el CAMINO. Él nos enseña a amar como Él, la Cabeza de la Iglesia, nos ama.

Al acercarnos a esta mesa de nuestra salvación, permitamos que Cristo nos enseñe a amar de la misma manera que Él nos amó, y sigamos orando los unos por los otros y por nuestra familia parroquial.

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