Queridos amigos,
La temporada de huracanes siempre es un momento desafiante que experimentamos cada año. Se deben considerar dos cosas: preparación y confianza en el Señor. Con respecto a la preparación, nos damos cuenta más que nunca del significado del llamado del Señor a estar alerta y listo. En primer lugar, tenemos tiempo para almacenar aceite como en el evangelio de las diez vírgenes. Muchos de nosotros esperamos el ultimo minuto para preparanos. No ofrezcamos esta temporada para encontrarnos no preparados. Si bien este tipo de preparación siempre es principalmente materialista, hay una segunda forma de preparación a la que el Señor nos ha invitado; esa es la preparación espiritual. Esta es una actitud de confianza en el Señor que nos trae paz en nuestra mente y almas ante la idea de que el Señor está con nosotros.Esa es la segunda idea que surge de las lecturas de hoy: Dios tiene sus propios planes para nosotros. Estamos invitados a darle prioridad en cualquier situación en la que nos encontremos. Este es el significado del llamado a dejar todo atrás. Este tipo de confianza es la que nos recuerda que el Señor es el fundamento de nuestra vida.
En esta temporada muy aterradora, sabemos que nuestra fe se basa en el roc que nunca nos defraudará. Que nuestro abrazo de esta temporada de huracanes sea moldeado por la fuerza que proviene de nuestra confianza en el Señor. Porque, lo sabemos, el Señor es nuestro refugio y nuestra fortaleza, no hay nada que temer.
Por lo tanto, sigamos orando por seguridad, por los demás y por nuestra familia parroquial.
Padre Emery