Holy Cross Catholic Church

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29th Sunday in Ordinary Time (Spanish) - October 17, 2021

Queridos amigos,

La aspiración a la grandeza y el hambre de honor y consideración son características de la vida humana. El deseo de satisfacer estas aspiraciones ha sido y sigue siendo la causa de tantas guerras, conflictos y tanto sufrimiento en el mundo, así como en nuestras familias, comunidades parroquiales, etc.

En la lectura del evangelio de hoy, Cristo viene a revertir y desafiar la falsa comprensión y suposición que vincula el honor con el poder y la autoridad. Cristo nos muestra que el honor, el respeto y todo lo relacionado con la consideración social debe provenir del espíritu de servicio. El servicio a los demás y por el bien de los demás es la característica que deben definir los discípulos de Cristo ya través de ellos. Cristo mismo nos da el ejemplo. Al humillarse a sí mismo y tomar el rango de esclavo y siervo, Dios lo exaltó sobre todo.

La Iglesia siempre se ha entendido a sí misma como sierva. Esta misión se hace tangible a través de las muchas formas en que sus hijos e hijas se comprometen a servir a los que Cristo llamó los pequeños y los pobres. Hoy, la misma tentación de buscar honra y consideración desde una posición de autoridad o responsabilidad a muchos discípulos de Cristo en su intento de cumplir sus misiones como discípulos. Hoy se nos invita a reflexionar sobre nuestra propia comprensión de la responsabilidad que Cristo nos ha confiado en la Iglesia. Aceptar a Cristo es sacrificarnos por el bien de los demás.

Hoy damos la bienvenida a las Hermanas de Jesús, el Sumo Sacerdote, que compartirán con nosotros los desafíos que enfrentan en su trabajo misionero. Vienen a nosotros para pedir oraciones y apoyo. Aquí se nos brinda la oportunidad de marcar una diferencia en las vidas de tantos niños cuyas vidas dependen de su servicio. Los sacrificios que aceptaremos hoy serán la fuente de consuelo para otros. Para decirlo simplemente: Dios nos bendice para que podamos bendecir a otros.

Mientras nos esforzamos por fortalecer el espíritu de servicio en nuestras vidas y en nuestra familia parroquial, continuemos orando unos por otros y por nuestra familia parroquial.

P. Emery

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